La Granja



Qualidade

Quiénes
somos

Alcobaça es conocida por la calidad de sus productos agrícolas, un hecho que históricamente tiene su origen en el trabajo llevado a cabo por los monjes cistercienses entre los siglos XIII y XVIII.

El objetivo de la GRANJA DE CÍSTER es la promoción y divulgación de la agricultura de la región y de sus productos mediante la proyección de su calidad y excelencia.

Este proyecto de la Cooperativa Agrícola de Alcobaça reviste una importancia excepcional para la población, para el municipio y para la región.

Esta iniciativa se desarrolla en dos vertientes. Por un lado, la creación de un gran salón de exposición en el que se reúnen los mejores productos agrícolas y se promueven sus técnicas de producción y por otro, la relación de armonía que las unidades productivas tienen con el medio ambiente y la integración en la naturaleza. De forma paralela y complementaria, surgió el proyecto SOMOS DA TERRA, que pretende crear rutas turísticas por las explotaciones agrícolas (más información en Rutas turísticas).

Región

La agricultura del municipio cuenta con una fuerte tradición histórica iniciada por la comunidad cisterciense de monjes agricultores que, durante siete siglos, fueron los señores de la región y que llegaron a alcanzar niveles de ejemplaridad nacional, tanto por la innovación de sus técnicas y modos de producción como por la calidad de sus productos. De hecho, las excelentes condiciones del suelo y del clima de la región todavía hoy siguen siendo un factor competitivo de este sector de actividad en el municipio.

El área agrícola representa unas 11 000 hectáreas, es decir, el 26% de su área total y emplea, de forma directa o indirecta, a unas 5000 personas, una cifra bastante más elevada si tenemos en cuenta que existen muchas personas que recurren a la agricultura como actividad complementaria para suplir los escasos salarios obtenidos con sus empleos.

Los principales sectores del municipio a nivel agropecuario son, sin duda, la fruticultura y la cría de ganado porcino.

La primera destaca por la amplia área de huertas y cultivo de frutos secos, con especial atención a la producción de pera y manzana. La segunda, con casi 115 000 cabezas de ganado, representa aproximadamente el 25% de la producción de la región de Leiria. Ambos sectores no solo son importantes a escala regional, sino que representan el 6,5% de las actividades homólogas a escala naciona.

Compromisso

Los objetivos de la GRANJA DE CÍSTER son los siguientes:

  • Promoción del mundo rural y divulgación de los productos y la imagen de Alcobaça en el marco de sus tradiciones agrícolas.

  • Contribuir, de forma directa e indirecta, a la revitalización de los territorios rurales y a la dignificación social de las actividades agrícolas.

  • Promoción de las redes informativas y de campañas de marketing potenciadoras de la afirmación de los productos en mercados diferenciados.

  • Refuerzo del estímulo al emprendimiento en ascenso, ya sea mediante el refuerzo de la producción de productos de calidad ya existentes o mediante la promoción de la creación de otros productos de excelencia.

  • Promoción del asesoramiento sobre las condiciones de producción, higiene, presentación, envasado y presentación de productos a través de una línea de asesoramiento técnico agrícola.

  • Promoción de la formación técnica en el ámbito de la producción, preparación, confección y transformación de productos agrícolas, sobre todo, de la mano de jóvenes investigadores, lo que contribuye a reforzar el empleo.

  • Apoyo a la creación de condiciones integradas de acogida turística, no solo a través de la presentación del producto, sino también de la información y divulgación de los procesos de producción y/o transformación mediante la promoción de visitas a explotaciones que potencian las rutas turísticas de los cotos de Alcobaça.

  • Promoción de las condiciones de atractivo y ejemplaridad junto a los asociados de la cooperativa y los agricultores en general con el propósito de incentivarles a adoptar los mismos parámetros de calidad.

  • Refuerzo del espíritu de pertenencia y orgullo de los ciudadanos de Alcobaça reflejado en la elevada calidad y diferenciación de sus productos agrícolas en consecuencia, de hecho, con las fuertes tradiciones agrícolas del municipio y de la región de los cotos.

  • Refuerzo de la interpretación de la ciudad en el espacio rural circundante para crear condiciones de desarrollo efectivo de las poblaciones que se dedican a la agricultura.

  • Contribuir a la dignificación del trabajo agrícola, no solo por el aprecio de la calidad de sus productos, sino también mediante el estímulo de la acogida de visitas de turistas a sus explotaciones.

Esta ósmosis interactiva va a permitir concretar un conjunto de iniciativas integradas, interdisciplinarias, sistémicas y más humanizadas gracias a la mejor articulación de las necesidades de las poblaciones con los recursos locales disponibles, tal como se puede observar en la presentación sistémica del proyecto.

Nuestros
productores

En la GRANJA DE CÍSTER valoramos la calidad y la tradición.
Seleccionamos nuestros productores teniendo en cuenta su certificación para garantizar los requisitos de seguridad alimentaria indispensables para la muestra de los productos de excelencia de nuestra región; para ello, se tiene en cuenta todo el contexto de producción y transformación. Todo este proceso siempre cuenta con la supervisión de nuestros técnicos, lo que garantiza un producto excelente.

Historia

Las granjas de los monasterios de la orden de Císter constituyen un interesante modelo económico que permitió, sobre todo durante los dos primeros siglos de vida de la orden, la subsistencia de cada monasterio, independientemente de la sociedad secular.

Cuando el monasterio cisterciense se instaló en Chiqueda, la orden ya contaba con medio siglo de vida, en particular en Borgoña y en otras regiones europeas.

Según el Exordium Parvum recopilado durante los primeros años de vida del Nuevo Monasterio —fundado en 1098 en el bosque borgoñés de Císter—, los monasterios debían erguirse en un espacio vasto y fértil cuya producción satisficiese las necesidades de la casa.
Puesto que las granjas de referencia con producción diversificada no se deberían crear a una distancia superior a un día de marcha del monasterio, los monjes cistercienses que trajeron D. Alfonso Henríquez y su mujer a Alcobaça fundaron desde el principio la granja de Chiqueda, que rodeaba el primer monasterio y lo abastecía de verduras, trigo y vino.

Durante los setenta años que duraron las obras de la gran iglesia de Alcobaça y sus dependencias monásticas, el cenobio fue creando, a lo largo del río, otras granjas, un jardín y un cobertizo, por ejemplo.

Hasta el año 1227, ya con el monasterio de Alcobaça consagrado, eran veintiséis las granjas administradas por los monjes conversos, los verdaderos capataces de estas casas agrícolas. Chiqueda, Jardim, Mesão-Frio, Évora, Marrondo, Turquel, Almofala, Ferreira, Carvalhal Bem Feito, Vimeiro, Valbom, Salir, Alfeizerão, Bárrio, Valado, Colmeias, Cós, Bacelo, Framundo, Pescaria, Cela Nova, Ferraria, Daiz, Granja Nova y Souto rodean la ciudad de Císter, el monasterio de Santa María de Alcobaça, donde se enseña a los campesinos el arte de la agricultura.

La proximidad geográfica garantiza el control de la explotación hasta que, dos siglos más tarde, el arrendamiento, el foro o la venta retiran al administrador señorial parte de la propiedad de la tierra.

El bosque, el pastoreo, los frutales, la viña, el olivar, la pesca, la sal y el hierro convertían a algunas granjas en productoras especializadas, pero los campesinos y los pescadores muchas veces perjudicaban sus propias producciones para dar trabajo en las tierras del dominio cisterciense.

A partir de finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV, muchas de estas granjas, puesto que tenían suficientes habitantes, se convirtieron en poblaciones, villas con carta de poblamiento del monasterio. El rey D. Fernando fue el último gran donante del monasterio con la entrega de la villa pesquera de Paredes y la aldea de Pataias y su territorio de tierras agrícolas. Sin embargo, aunque las propiedades agrarias fueron cambiando de manos, la verdad es que el monasterio se garantizó la propiedad de las eras, los fondos de pan y los silos. Hasta el siglo XVI, administró los astilleros de Pederneira y Alfeizerão, y explotó los hornos de cal de Pataias, así como la producción de cerámica de la región.

A partir del siglo XV, las granjas monásticas de toda la Europa cisterciense dejaron de ser propiedad de los monasterios y se mantuvieron únicamente algunas fincas. En el caso de Alcobaça, Val Ventos con sus olivares y la producción de miel o de Gafa con la mayor viña de los cotos y que, según fray Manuel dos Santos, fue donada al monasterio por orden de D. Juan III el 7 de febrero de 1530

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